Es casi demasiado bello. Las amapolas rojas en el trigal, acariciadas levemente por el viento, los insectos que zumban y el canto de los pájaros. Se puede demostrar la belleza así, de ésta manera tan simple, se pregunta el espectador frente a la obre de video Amapolas Rojas, hasta que un ruido fatídico interrumpe de lleno la belleza con un shock de color rojo. Un cortocircuito y aparece nuevamente la imagen del campo en verano, pero ahora uno aprecia la imagen con más cuidado, hasta que aparece otra vez el corte en rojo.
La obra, que se titula Amapolas Rojas, representa la imagen de la belleza espontánea y la fragilidad. La amapola con sus delicados pétalos rojos, que apenas se la recorta, pierde todo. La amapola que sangra en tantas poesías y que se ha vuelto un símbolo de las muchas personas muertas en la Primera Guerra Mundial, los caídos en los campos de Flandes. Allí florecen las amapolas rojas entre un sinfín de cruces blancas, y la absurdidad de estas muertes durante la Primera Guerra Mundial se conmemora en Inglaterra con amapolas rojas de papel un día que se conoce con el nombre de “Remembrance Sunday”.
Frente a las amapolas rojas el espectador se encuentra justo en el espacio intermedio entre la belleza y la interrupción sin sentido, que representa las frágiles condiciones de nuestras vidas.