Time is a river which sweeps me along

La videoinstalación permanente en los espacios públicos presenta más desafíos que la obra en vídeo en una exposición. Se trata de una obra que los usuarios de ese lugar se encontrarán diariamente. Una obra de tales características ha de ser discreta y, a la vez, notable. No debe convertirse en una molestia diaria o causar un trastorno violento a estos usuarios, sino que ha de continuar siendo interesante de contemplar. En KUA2, el nuevo edificio de la universidad en Amager (Copenhague), Eva Koch ha instalado cinco proyecciones en vídeo en la caja de la escalera que conecta las cinco plantas del Instituto Saxo con el Departamento de Arqueología en la planta más alta. En este último piso la imagen se extiende de una pared a otra, y en los demás pisos la obra está presente en las escaleras de bajada. Los vídeos, que se reproducen en un bucle de dos horas, muestran grabaciones de cascadas islandesas grabadas en alta velocidad y reproducidas a cámara lenta. Esto proporciona una extrema agudeza en los detalles, independientemente de que el vídeo muestre primeros planos o panorámicas con un gran campo de visión. Las imágenes del vídeo vienen acompañadas de sonido, que también puede variar de un ruido blanco y suave a un susurro, y que, al igual que las imágenes, está compuesto en una secuencia vertical. En el último piso se pueden ver las cascadas desde arriba e imágenes del agua en primer plano cayendo por el borde. En las tres proyecciones del centro, las imágenes del agua se mezclan a intervalos con primeros planos de caras de la gente. Niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres. En total 150 personas comunes y corrientes de hoy. Cuando se muestran los rostros, cesa el sonido. En las cinco cajas de escalera, las proyecciones funcionan como una brillante ventana de pintura paisajística abriéndose al mundo, pero también como advertencia de que la naturaleza existe como fuerza indomable, independiente de las personas. De que el tiempo ha existido antes de nosotros y existirá después de nosotros. Que nuestra vida es sólo una parte de esa corriente.

El título de esta instalación permanente está tomado del ensayo Otras inquisiciones, escrito en 1952 por el escritor argentino Jorge Luís Borges