Si los puntos se sitúan en el espacio, crean un mapa topográfico. Eva Koch deja que un “Ahora”, expresado en 9 idiomas diferentes, vaya de punto a punto. El ahora es local, siempre en algún otro sitio que el que esperamos. Hablamos de puntos en el tiempo, instantes de tiempo detenidos en una corriente continua. En Odense, en el Kongens Have, crecen cuatro puntos de la hierva y al seguir los puntos, el ahora se transforma de un punto a otro antes de que podamos cambiar de sitio. El modelo es mas grande que si mismo, el instante no se puede retener. Con su disposición sin pedestal y su estructura sin jerarquías, la escultura es una obra de arte minimal, una escultura con la que uno se puede relacionar corporalmente, a la vez que nos aleja del momento contemplativo al confrontarnos con el hecho de que nunca podemos estar en donde esta. El arte, al igual que el instante, se mueve en cuanto uno cree que lo va a atrapar.