Sobre una línea fina, un estrecho rompeolas divide el cielo y el mar, y sobre el rompeolas, una corriente de personas se traslada. El camino tiene sus peligros, constantemente las fuertes olas se abalanzan sobre el rompeolas y cubren de agua a los viajeros. Van de la nada a hacia la nada, caminan y van, mientras que la energía con la que se mueven, nos habla de un destino futuro que no llegamos a ver. Lo caminado desaparece, delante queda solo una sospecha.
El dique, la escollera es visible y de repente desaparece bajo las aguas, es una transición, un pasaje que une dos lugares, un intermedio entre aquí y allí.
El sonido es de ruido artificial que imita el sonido real, el sonido esta construido en alternancias, de sincrónico a discordante. El sonido y la imagen son dos elementos abstractos que en la percepción corresponden a un significado intencionado de una realidad ficticia.