El proyecto consta de una obra de video distribuida entre las dos edificaciones, en las que en cada lugar se muestra situaciones extremas de la «misma» historia. Las secuencias de video se proyectan directamente sobre los muros externos y pueden verse desde el anochecer. La obra genera una experiencia especial una vez que la oscuridad es total. Se muestran imágenes de algunas situaciones extremas en lo universal y en lo local: En el nivel de los techos del ala externa de «Innanhavet» se proyectan imágenes del sol, la luna y la tierra, grabadas por satélites.
Cuando uno está quieto observando la instalación, descubrirá también que los astros también se desplazan, no son imágenes fijas sino representaciones vivas del espacio. En el nivel de las calles se muestran imágenes de nuestra propia realidad en la Tierra; una proyección paralela sobre dos paredes enfrentándose en la entrada al «Lugnvattnet». Las secuencias de video representan una plaza por donde pasa la gente. Estos agregan una dimensión espacial, y cuando la gente acceda al edificio, podrá experimentar que están ubicados en el centro de este nuevo espacio.